¿QUE ES PSICOLOGÍA EDUCATIVA?
La psicología educativa, también denominada psicología educacional, es aquella parte dentro de la psicología que se ocupa exclusivamente de entender en el estudio del aprendizaje y la enseñanza de los seres humanos a instancias de los centros educativos, por tanto, es que focaliza y centra su atención en la multiplicidad de formas en las que es posible llevar a cabo el aprendizaje y la enseñanza, es decir, cómo los alumnos aprenden y de qué modo se desarrollan, con la misión de mejorar la calidad educacional.
Investigación y desarrollo
Además, al igual que ocurre en la psicología clínica, la psicología educativa no solo puede tener la finalidad de tratamiento una vez identificado un problema sino también de prevención. Por esta razón, se llevan a cabo constantes estudios de investigación. Una investigación centrada en consolidar metodologías que se conviertan en un pilar fundamental para la asimilación de nuevos conocimientos.
Uno de los referentes en psicología educativa es Jean Piaget que fundó la Teoría del Arendizaje. Dicha teoría estructura las distintas etapas de conocimiento de los niños desde el punto de vista de su desarrollo hasta integrar el pensamiento lógico. Y conviene puntualizar que la educación también se asienta de forma directa en la filosofía en tanto que el aprendizaje y el conocimiento perfeccionan al ser humano. De hecho, la Filosofía de la Educación es una rama que estudia precisamente el pensamiento de aquellos autores que llevaron a cabo teorías en torno al aprendizaje. Uno de los filósofos más importantes en este contexto es Jean Jacques Rousseau.
El método Montessori
Uno de los nombres más importantes en psicología educativa es María Montessori. Muchos colegios actuales integran su didáctica pedagógica que convierte el juego en un marco de crecimiento para el niño gracias a un contexto que le ayuda a ser protagonista de su propio proceso de crecimiento. Esta experta consideró que el niño tiene unos periodos sensibles en los que se muestra más receptivo para integrar nuevas habilidades. Además, el entorno es otro elemento para estimular la mente infantil.
En este contexto, merece la interacción educativa entre alumno-maestro, alumno-alumno y entre el alumno-maestro –contexto educativo, en la cual se centra el interés de la psicología educativa y está muy bien que así lo haga, dado que las mencionadas relaciones en muchísimos casos suelen ser determinantes a la hora de la evolución o no del aprendizaje.
Como todos los individuos somos únicos e irrepetibles y presentamos cada uno características, capacidades, habilidades, modos y estilos de vida diversos es que tales cuestiones deben sí o sí ser tenidas en cuenta a la hora de la evaluación, porque las mismas se potenciarán en el proceso de aprendizaje e incidirán directamente en la inteligencia, la motivación, la creatividad y la comunicación del alumno en cuestión.
Cabe destacar que existe una importante cantidad de problemáticas vinculadas al proceso de aprendizaje, tal es el caso de la dislexia, problemas de atención, de integración social, retardo mental, sordera, epilepsia, ceguera, entre otros, en los cuales por supuesto deberá intervenir el psicólogo educacional para poder orientar tanto a padres como maestros sobre el mejor rumbo a seguir.
Los psicólogos educacionales son los profesionales que se dedican a esta particular actividad dentro de la psicología y obviamente es condición Sine qua non que deben contar con estudios de psicología para desplegarla.
https://www.definicionabc.com/general/psicologia-educativa.php
La Teoría Sociocultural de Lev Vygotsky
La Teoría Sociocultural de Vygotsky pone el acento en la participación proactiva de los menores con el ambiente que les rodea, siendo el desarrollo cognoscitivo fruto de un proceso colaborativo. Lev Vigotsky (Rusia, 1896-1934) sostenía que los niños desarrollan su aprendizaje mediante la interacción social: van adquiriendo nuevas y mejores habilidades cognoscitivas como proceso lógico de su inmersión a un modo de vida.
Aquellas actividades que se realizan de forma compartida permiten a los niños interiorizar las estructuras de pensamiento y comportamentales de la sociedad que les rodea, apropiándose de ellas.
- Aprendizaje y "Zona de desarrollo proximal"
Según la Teoría Sociocultural de Vygotsky, el papel de los adultos o de los compañeros más avanzados es el de apoyo, dirección y organización del aprendizaje del menor, en el paso previo a que él pueda ser capaz de dominar esas facetas, habiendo interiorizado las estructuras conductuales y cognoscitivas que la actividad exige. Esta orientación resulta más efectiva para ofrecer una ayuda a los pequeños para que crucen la zona de desarrollo proximal (ZDP), que podríamos entender como la brecha entre lo que ya son capaces de hacer y lo que todavía no pueden conseguir por sí solos.
Los niños que se encuentran en la ZDP para una tarea en concreto está cerca de lograr poder realizarla de forma autónoma, pero aún les falta integrar alguna clave de pensamiento. No obstante, con el soporte y la orientación adecuada, sí son capaces de realizar la tarea exitosamente. En la medida en que la colaboración, la supervision y la responsabilidad del aprendizaje están cubiertas, el niño progresa adecuadamente en la formación y consolidación de sus nuevos conocimientos y aprendizajes.
- La metáfora del andamiaje
El andamiaje consiste en el apoyo temporal de los adultos (maestros, padres, tutores…) que proporcionan al pequeño con el objetivo de realizar una tarea hasta que el niño sea capaz de llevarla a cabo sin ayuda externa.
Una de las investigadores que parte de las teorías desarrolladas por Lev Vigotsky, Gail Ross, estudió de forma práctica el proceso de andamiaje en el aprendizaje infantil. Instruyendo a niños de entre tres y cinco años, Ross usaba múltiples recursos. Solía controlar y ser ella el centro de atención de las sesiones, y empleaba presentaciones lentas y dramatizadas a los alumnos con el objetivo de evidenciar que la consecución de la tarea era posible. La doctora Ross se convertía así en la encargada de prever todo lo que iba a ocurrir. Controlaba todas las partes de la tarea en las que trabajaban los críos en un grado de complejidad y magnitud proporcionado a las habilidades previas de cada uno.
El modo en que presentaba las herramientas u objetos que era objeto de aprendizaje permitía a los niños descubrir cómo resolver y realizar por sí mismos la tarea, de un modo más eficaz que si sólamente se les hubiera explicado cómo solucionarla. Es en este sentido que la Teoría Sociocultural de Vygotsky señala la “zona” existente entre lo que las personas pueden comprender cuando se les muestra algo frente a ellas, y lo que pueden generar de forma autónoma. Esta zona es la zona de desarrollo próxima o ZDP que antes habíamos mencionado (Bruner, 1888).
- Teoría Sociocultural: en contexto
La Teoría Sociocultural del psicólogo ruso Lev Vygotsky tiene implicaciones trascendentes para la educación y la evaluación del desarrollo cognoscitivo. Los tests basados en la ZDP, que subrayan el potencial del niño, representan una alternativa de incalculable valor a las pruebas estandarizadas de inteligencia, que suelen poner énfasis en los conocimientos y aprendizajes ya realizados por el niño. Así pues, muchos niños se ven beneficiados gracias a la orientaciónsociocultural y abierta que desarrolló Vygotsky.
Otra de las aportaciones fundamentales de la perspectiva contextual ha sido el énfasis en el aspecto social del desarrollo. Esta teoría defiende que el desarrollo normal de los niños en una cultura o en un grupo perteneciente a una cultura puede no ser una norma adecuada (y por tanto no extrapolable) a niños de otras culturas o sociedades.
La Teoría del Desarrollo Cognitivo de Jean Piaget
Las teorías cognitivas se centran en el estudio de la estructura y desarrollo de los procesos del pensamiento, especialmente cómo afecta esto a la comprensión de la persona sobre su entorno. De todas las teorías cognitivas una de las más populares es la que se extrae de la obra de Jean Piaget.
Piaget suponía que los niños a cada edad tienen capacidad para resolver determinadas cuestiones y problemas. Comenzó estudiando los errores de los niños. Piaget se dio cuenta de que los niños con las misma edad cometían los mismos errores y él por lo tanto establece una secuencia evolutiva en el proceso cognitivo.
El concepto de etapas de desarrollo de Piaget
La idea central de estadio de Piaget fue que se trataba de un período de consolidación y “perfección” de estructuras (operatorias) y que éstas se conjugan y vierten a un equilibrio.
Piaget caracteriza este momento culminante de cada etapa como el de la implantación de una estructura de ensamble (estructura de conjunto o estructura global). Vemos, por ahí, que la noción básica piagetiana de estructura (particular) se prolonga en “estructura global” para caracterizar un estadio y que este hecho está profundamente vinculado a otra de las nociones clave de Piaget: equilibrio o equilibrado.
Piaget nos brinda una concepción perfectamente holística o sistémica en su planteamiento de los estadios. Al tiempo que exponía estas ideas, Piaget reconoció que la existencia de sus estructuras de ensamble topaba con un fenómeno que él mismo había consignado y que denominó decálogos, es decir, desfases o desajustes en la aplicación de la misma estructura en varios dominios. Por otra parte, el hecho de establecer relaciones entre estructuras particulares a efectos de definir una “estructura global” no es un problema trivial: es la clave para definir el sistema, o sea, la estructura de ensambe. Parece que Piaget intentó encontrar la contrapartida de cada una de estas (o de alguna de estas) en modelos matemáticos que describían formas progresivas de operar de la mente, pero luego no insistir más en este paralelismo. Hacia el final de su trayectoria, reconoció que no había que tomar demasiado al pie de la letra su noción de estructura de ensamble.
Las estructuras cognitivas cambian en el tiempo, configurando etapas del desarrollo. Para que aquellas estructuras configuren una etapa, deben guardar un orden temporal invariable, sin importar demasiado la edad en que cada una de ellas se presenta, pero sí que se integren naturalmente en las posteriores.
Estas etapas se desarrollan en un orden fijo en todos los niños, y en todos los países. No obstante, la edad puede variar ligeramente de un niño a otro.
Primer período: Etapa sensotiomotora (de 0 a 2 años)
En este periodo el niño utiliza sus sentidos y capacidades motoras para conocer los objetos y el mundo (ve que es lo que puede hacer con las cosas). Aprende a lo que se llama la permanencia del objeto.
Esta etapa tiene lugar entre el nacimiento y los dos años de edad, conforme los niños comienzan a entender la información que perciben sus sentidos y su capacidad de interactuar con el mundo. Durante esta etapa, los niños aprenden a manipular objetos, aunque no pueden entender la permanencia de estos objetos si no están dentro del alcance de sus sentidos. Es decir, una vez que un objeto desaparece de la vista del niño o niña, no puede entender que todavía existe ese objeto (o persona). Por este motivo les resulta tan atrayente y sorprendente el juego al que muchos adultos juegan con sus hijos, consistente en esconder su cara tras un objeto, como un cojín, y luego volver a “aparecer”. Es un juego que contribuye, además, a que aprendan la permanencia del objeto, que es uno de los mayores logros de esta etapa: la capacidad de entender que estos objetos continúan existiendo aunque no pueda verlos. Esto incluye la capacidad para entender que cuando la madre sale de la habitación, regresará, lo cual aumenta su sensación de seguridad. Esta capacidad suelen adquirirla hacia el final de esta etapa y representa la habilidad para mantener una imagen mental del objeto (o persona) sin percibirlo.
Segundo período: Etapa preoperacional (de 2 a 7 años)
Abarca de los dos a los cinco primeros años del niño. En esta fase, el niño mantiene una postura egocéntrica, que le incapacita para adoptar el mismo punto de vista de los demás. Observamos que los niños son capaces de utilizar el pensamiento simbólico, que incluye la capacidad de hablar. Los humanos utilizamos signos para conocer el mundo y los niños ya los manejan en este periodo. Sin embargo, este pensamiento simbólico es todavía un pensamiento egocéntrico, el niño entiende el mundo desde su perspectiva.
Tercer periodo: Etapa de las operaciones concretas (de 7 a 12 años)
En este periodo que va de los 7 a los 11 años, el niño puede aplicar la lógica, aplica principios. El niño ya no conoce intuitivamente sino racionalmente. El niño hace uso de algunas comparaciones lógicas, como por ejemplo: la reversibilidad y la seriación. Sin embargo, no maneja todavía abstracciones. Su pensamiento está anclado en la acción concreta que realiza. Es el periodo escolar.
Esta etapa está marcada por una disminución gradual del pensamiento egocéntrico y por la capacidad creciente de centrarse en más de un aspecto de un estímulo. Pueden entender el concepto de agrupar, sabiendo que un perro pequeño y un perro grande siguen siendo ambos perros, o que los diversos tipos de monedas y los billetes forman parte del concepto más amplio de dinero.
Sólo pueden aplicar esta nueva comprensión a los objetos concretos (aquellos que han experimentado con sus sentidos). Es decir, los objetos imaginados o los que no han visto, oído, o tocado, continúan siendo algo místicos para estos niños, y el pensamiento abstracto tiene todavía que desarrollarse.
Cuarto periodo: etapa de las operaciones formales (de los 12 años en adelante)
Va de los 12 años en adelante. Hablamos del adolescente y del adulto. Es la etapa del pensamiento abstracto, no solo piensa de la realidad, sino cómo puede hacer las cosas, ya puede hipotetizar.
En este periodo los niños comienzan a dominar las relaciones de proporcionalidad y conservación. A su vez, sistematizan las operaciones concretas del anterior periodo, y desarrollan las llamadas operaciones formales, las cuales no sólo se refieren a objetos reales como la anterior, sino también a todos los objetivos posibles. Con estas operaciones y con el dominio del lenguaje que poseen en esta edad, son capaces de acceder al pensamiento abstracto, abriéndoseles las posibilidades perfectivas y críticas que facilitan la razón. Pueden aplicar la reversibilidad y la conservación a las situaciones tanto reales como imaginadas. También desarrollan una mayor comprensión del mundo y de la idea de causa y efecto.
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